Sí, puedes comer sano y vivir una vida saludable para reducir las probabilidades de enfermarte. También puede que termines siendo más delgado, fuerte, feliz y sano, así que ¿qué esperas?
1. Comienza una dieta más saludable
Tu cuerpo necesita vitaminas para funcionar correctamente, y la mejor forma de obtener vitaminas es comiendo una variedad amplia de alimentos saludables. Aquí hay algunas de las vitaminas y nutrientes que pueden protegerte, y dónde puedes encontrarlas.
La vitamina C es la que probablemente viene a tu mente cuando tienes cogestión nasal o sientes venir un resfriado. Aunque no hay evidencia de que la vitamina C evitará que atrapes un resfriado, puede que aquellos que consumen suficiente vitamina C regularmente no se enfermen tan severamente o por tanto tiempo. Obtén tu vitamina C de fuentes deliciosas como:
- Fresas
- Papaya
- Mango
- Kiwi
- Tomates
- Pimientos
El zinc es otro nutriente que se piensa combate el resfriado común y te protege de la gripe. El zinc es necesario para el desarrollo de células del sistema inmunitario; si no recibes la cantidad suficiente, podrías estar en un riesgo mayor de neumonía y otras infecciones respiratorias. Algunos estudios han mostrado que consumir zinc al comienzo de una enfermedad puede ayudarte a curarte más rápidamente. Puedes obtener una cantidad de zinc saludable por medio de:
- Porciones normales de carne con poca grasa, mariscos, lácteos bajos en grasas, huevos, y pollo.
- Fuentes vegetarianas o veganas como nueces, semillas, tofu, frijoles, y lentejas.
La vitamina D es esencial para ayudar a combatir enfermedades e infecciones. Si tienes una deficiencia de esta vitamina (y muchos la tenemos), esto podría incrementar tu riesgo de infecciones del tracto respiratorio superior, incluyendo gripe y asma alérgica. Ya que la vitamina D actúa contra la inflamación, puede ayudar a aquellos que sufren de artritis o enfermedades autoinmunes como lupus, psoriasis o síndrome del colon irritable. Obtén tu vitamina D por medio de:
- Pescados grasos como salmón, sardinas y anchoas (en moderación)
- Huevos, especialmente la yema (no más de una al día)
- Leche, cereal, jugo de naranja, y pan
- ¡El sol! No, no necesitas comerlo, pero pasar unos minutos durante el mediodía bajo el sol, varias veces a la semana, le puede ayudar a tu cuerpo a producir vitamina D. Asegúrate de usar protector solar, y proteger tus ojos.
Las especias se han usado como medicina y tratamiento alternativo por siglos, y muchas se han puesto a prueba por la ciencia moderna. Estas son algunas de las especies deliciosas que, usadas en cantidades moderadas, te pueden ayudar a proteger tus células:
- Cúrcuma
- Jengibre
- Pimienta de Cayena
- Canela
2. Muévete
El ejercicio regular, especialmente el ejercicio cardiovascular, fortalece las células de tu sistema inmune y reduce la inflamación para que tu cuerpo use sus defensas para combatir la infección. Otros beneficios del ejercicio son disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2, mantener tu cerebro alerta y reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
3. Duerme bien
No dormir lo suficiente puede causar enfermedades, y la falta de sueño también está relacionada con el aumento de peso, la alta presión arterial y la depresión. La hora de dormir es el momento de tu cuerpo para repararse a sí mismo, y eso incluye la producción de células T que ayudan a combatir las infecciones. Para ayudar a que tu cuerpo y tu mente rindan al máximo, trata de obtener de 7 a 8 horas de sueño sólido e ininterrumpido.
4. Super Foods
La Raíz de Pelargonium sidoides, un extracto natural ideal para fortalecer las defensas y estimular naturalmente el cuerpo frente a amenazas externas. Encuentra Kaloba en las farmacias más cercanas.

















